Una de las leyendas que parece tener su origen en el acervo miromático es el relato de Vilenia y Lístero. La historia, escuchada en toda la cuenca mediterránea, nos traslada a una anónima ciudad de un país ya olvidado.
Una muchacha llamada Vilenia, que no tenía mucho pero tenía un gran corazón, estaba perdidamente enamorada de Lístero, un chico de una familia muy rica y poderosa. Lístero estaba destinado a heredar toda la riqueza de su familia. Sin embargo, impulsado por la codicia, la impaciencia y la ambición, terminó traicionando y deshaciéndose de sus familiares para apoderarse de todo el dinero por sí mismo antes de que le correspondiera.
La alegría de Lístero no duró mucho. Después de obtener lo que quería, su vida se fue cuesta abajo rápidamente. Todo lo que hacía parecía no salirle bien. Acabó perdiendo todo su dinero, el amor de su familia y a sus amigos. Como colofón, Lístero terminó en la calle sin dinero.
En esta mala racha, se encuentra de nuevo con Vilenia. A pesar de sus propios tiempos difíciles, Vilenia, fiel a su corazón bondadoso, se decide a ayudarlo. Con ojos de enamorada, olvidaba lo nefando de Lístero para recordar todo lo bueno que ella creía ver en él. Optimista empedernida, Vilenia pensaba que él podía cambiar para mejor.
La bondad y la fe de Vilenia presentaron a Lístero los caminos de la diosa Mékeret, la amamantadora, que representa el altruismo y el crecimiento. Con la ayuda de Vilenia, Lístero comenzó a cambiar su vida, aprendiendo a ser humilde y agradecido. Empezó a entender que la verdadera riqueza no se trataba solo de dinero, sino del amor y el apoyo de quienes lo rodeaban. Comenzó a trabajar duro, haciendo pequeños trabajos, y poco a poco, comenzó a reconstruir su vida. A medida que ponía su vida en orden, se enamoró profundamente de Vilenia. Su apoyo inquebrantable y amor lo hicieron darse cuenta de lo que había estado perdiendo todo este tiempo.
Su historia de amor tiene su culminación feliz con una hermosa boda, bendecida por la diosa Mékeret misma. Con Vilenia a su lado, la vida de Lístero se transformó. Volvieron a prosperar, pero esta vez, con alegría y satisfacción. Juntos, comenzaron un pequeño negocio, vendiendo artesanías y productos hechos a mano. Su arduo trabajo dio frutos, y pronto, su negocio floreció.
La historia de Vilenia y Lístero tiene, sin embargo, un final trágico.
Los familiares y amigos que Lístero maltrató siendo un muchacho, víctimas de las maquinaciones de Réreves, el podrido, comienzan a carcomer el alma de Vilenia con falsos rumores sobre infidelidades, escarnios y engaños. Mientras Lístero va, uno a uno, rebatiendo las falsedades, los celos y la sospecha han anidado en el corazón de Vilenia.
En la escena final, los familiares, pretendiendo la reconciliación, envenenan a Lístero, quien en su último suspiro ve cómo Vilenia se acerca a él con una daga fieralada.
Ahí acaba la historia. Nada se sabe si la desgracia plaga a los asesinos o si Vilenia es presa de la inquina de los dioses.
Por eso se oye con frecuencia que Keolándet es voluble.
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